martes, 9 de diciembre de 2008


Cuentan qe una vez se reunieron, en un lugar de la Tierra, todos los sentimientos i las cualidades del hombre. Cuando el aburrimiento habia bostezado x tercera vez, la locura (como siempre tan loca) les propuso "vamos a jugar a las escondidas". La intriga levanto la ceja intrigada, i la curiosidad sin poder contenerse pregunto: "a las escondidas? i como es eso?". "Es un juego", explico la loura, "en qe yo me tapo los ojos i comienzo a contar desde uno hasta un millon, mientras ustedes se esconden. Cuando haya terminado de contar, el primero de ustedes al qe encuentre, ocupara mi lugar para continuar el juego". El entusiasmo bailo, seguido x la euforia; la alegria dio tantos saltos qe termino x convencer a la duda, e incluso a la apatia, a la qe nunca le interesaba nada. Pero no todos qisieron participar. La verdad prefirio no esconderse, para qe? si al final siempre la hallaban. Y la soberbia opino qe era un juego muy tonto (en el fondo, lo qe le molestaba era qe la idea no hubiese salido de ella). Y la cobardia prefirio no arriesgarse. "Uno, dos, tres..." comenzo a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza, qe como siempre se dejo caer tras la primera piedra del camino. La fe subio al cielo, i la envidia se escondio tras la sombra del triunfo, qe con su propio esfuerzo habia logrado subir hasta la copa del arbol mas alto. La generosidad casi no alcanzaba a esconderse. Cada sitio qe hallaba le parecia maravilloso para alguno de sus amigos.. qe si un lago cristalino? ideal para la belleza, qe si la hendidura de un arbol? perfecto para la timidez, qe si el vuelo de la mariposa? lo mejor para la voluptuosidad, qe si la rafaga del viento? magnifico para la libertad. Asi termino ocultandose tras un rayito de sol. El egoismo, en cambio, encontro un sitio muy bueno desde el principio: ventilado, comodo, pero solo para el. La mentira se escondio en el fondo de los oceanos (mentira! en realidad se oculto detras del arcoiris), i la pasion i el deseo en el centro de los volcanes. El olvido se me olvido donde se escondio, pero eso no es lo mas importante. Cuando la locura contaba 999.999, el amor aun no habia encontrado un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado. Hasta qe diviso un rosal, i enternecido, decidio esconderse entre sus rosas. "Un millon" grito la locura, i comenzo a buscar. Primero encontro a la pereza a solo tres pasos de una piedra. Despues escucho a la fe discutiendo con Dios en el cielo sobre zoologia; a la pasion i el deseo los sintio en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontro a la envidia, i claro, pudo deducir donde estaba el triunfo. Al egosimo no tuvo qe ni buscarlo, el solito salio disparado de su escondite, qe habia resultado ser un nido de avispas! De tanto caminar sintio a la sed, i ya cerca del lago descubrio a la belleza. I con la duda resulto mas facil todavia, pues la encontro sentada sobre una cerca sin decidir todavia en qe lado esconderse. Asi fue encontrando a todos: al talento entre la hierba fresca, a la angustia en una oscura cueva, a la mentira detras del arcoiris (mentira! si ella estaba en el fondo del oceano), i hasta el olvido... qe ya se habia olvidado qe estaba jugando a las escondidas. Pero solo el amor no aparecia x ningun sitio. La locura lo busco detras de cada arbol, en cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas, i cuando estaba x darse x vencida diviso un rosal. Tomo una horquilla i comenzo a mover las ramas, cuando de pronto, un doloroso grito se escucho. Las espinas habian herido los ojos del amor. La locura no sabia qe hacer para disculparse: lloro, rogo, imploro, pidio perdon, i hasta prometio ser su guia ya qe el no podia ver. Desde ese entonces, el amor es ciego i la locura siempre lo acompaña...

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